miércoles, 31 de agosto de 2011

Hasta que sencillamente

Aveces pienso que tanta banalización en los lazos de la comunicación a partir de Internet no sólo nos ha hecho virtuales, sino también descartables y transitorios (ajenos a las palabras).
Nos ha transformado en un alma que vaga por el ciberespacio buscando que alguien la nombre y le otorgue una identidad también transitoria ( un I.P).
Estamos en todas partes a la misma vez, pero en  ningún lado. Estamos en el Chat y en el Mail, estamos en el Skype y en el Face, estamos en el Twitter ( sencillamente conectados). Aparecemos como una señal, una rebereberancia en  la vida de los otros; hasta con el tiempo aprendimos a ocultarnos de los otros porque nos abruma tanta intromisión atentando contra nuestra intimidad.Cambiamos de identidad, tantas veces que todo se vuelve en un perverso sistema, en un negocio redondo del mismo anonimato que especula con los verdaderos sentimientos de los hombres y hasta llegará muy pronto el día en que hasta nuestros corazones serán considerados un SPAM (innecesario).