Tengo la leve impresión y la profunda certeza de que Buenos Aires invirtió el pensamiento Sarmientino.
Ella, se ha convertido en "La Barbarie" y en "La Aldea". Donde todo es posible y donde todo es el termometrode la estupidez. Todo es decadente.La Radio y muy honrradas excepciones, la TV y muy honrradísimas excepciones. La capital de la contradicción, el lugar en donde se arrancan los ojos, se desnudan, y somatizan, todo por dos pesos.
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