Hubo quién creyó que para hacer un mundo más justo, debía inventar otro, dónde la libertad fuera esa manera de confiar en el tiempo y en ese desconocido que nos estiraba a cada día su mano, por eso fue contra molinos sin viento, como quién se enfrenta a gigantes monopolios del mercado,
y embistió contra la razón para vivir su exceso de sueño y utopía.
Uno, la reencarnación del otro.
(Un Cervantes en Galeano)
Uno caballero hidalgo y el otro hijo de nadie.
Desde ahora ambos cabalgan bajo un mismo sempiterno cielo, y se alejan hasta perderse en el horizonte para gozo de nuestra memoria.
(Salud!!! Comandante Galeano)
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