Un día
Cuando abandonemos nuestra falsa condolencia no habrá niños asesinados en la conciencia de sus padres. Niños abandonados sobre un muelle frágil de papel o a la deriva.
No habrá niños calcinados por las pestes, desnutridos con la cicatriz de los huesitos de sus almas rotos para siempre.
Un día
No serán resaca, ni carne mutilada por la utopía de los hombres.
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