domingo, 1 de mayo de 2011

Ya nunca más engranajes y papeles sin sentido










Ernesto Sábato
(Ese Túnel Infinito)

La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil,
que cuando uno empieza a aprenderlo,
ya hay que morirse.
E. Sábato.

Cuando un escritor tiene la suerte de ponerse al servicio de una sociedad y de una época todo lo que viene de él se convierte en toda una bendición.(El caso de muy pocos escritores argentinos).
Ahora pertenece a la dimensión de los recuerdos, un nombre intachable en sus convicciones en sus principios humanos, por encima de lo literario.
Los que de algún modo siempre terminaron tachando su nombre de la larga lista de Premios Nobel, ahora no tendrán que pensarlo.
Sábato, ese  hombre en su juventud, perdido y vacilante antes de elegir su verdadero destino de escribir, que fue capaz de callarse antes que pronunciar una palabra indebida, o una afrenta. O que fue capaz de hablar durante día y noches, y convivir con cada uno de todos los Juan Pablo Castel y María Iribarne, y terminar sencillamente caminando taciturno por la larga arboleda de sus Santos Lugares.
Fue entonces que en sus palabras resuena su sentencia:“cuando además del talento o del genio necesitarás otros atributos espirituales: el coraje para decir tu verdad, la tenacidad para seguir adelante, una curiosa mezcla de fe en lo que tenés que decir y de reiterado descreimiento en tus fuerzas, una combinación de modestia ante los gigantes y de arrogancia ante los imbéciles, una necesidad de afecto y un valentía de estar solo, para rehuir la tentación pero también del peligro de los grupitos, de las galerías de los espejos..” (“Cartas a un joven escritor” 1975).
Al final del túnel que todavía transitamos está la luz.
Compañero Ernesto, ahora comenzaremos a entender todo lo que quisiste decirnos, desde esos primeros días de los años 80  en que nosotros, los jóvenes de entonces, elegimos leerte y  escucharte para sentirnos menos solos y acompañados, de cerca por el afecto de tu interés y  comprensión.
Ya  nunca más héroes sin tumba, ni engranajes, ni papeles sin sentido. Ya nunca más abaddones y exterminios.
¡ Gracias compañero Ernesto por escribirnos sumándonos a esta Lucha!


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