domingo, 19 de enero de 2014

Lo pasado


Lo viejo como Las cosas viejas están destinadas  a morirse, en el olvido y en la desidia, en la ineficiencia.
Quedan ahí suspendidas hasta que se vuelven polvo, fantasma, cartel de un museo que ya nadie macera.
Es una cuestión de horas, días, siglos.
Un respeto al que nadie rinde culto y que sólo de reojo mira esperando su derrumbe estoico.
Pobre de ello, pobre de nosotros.
(Las cartas de puño y letra, las diligencias, las sordas campanas)

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